El coaching del descanso en el partido

El coach de la silla durante los descansos

¿Has estado como entrenador, o como compañero, o incluso padre asistiendo a un jugador durante una competición? ¿Has tenido que hablar con él antes del partido, en el intercambio de set, y al final del partido?

Si es así, te habrás hecho las preguntas clave:

  • ¿QUÉ le digo a mi jugador?
  • ¿QUÉ NO le digo?

Tan importante es lo que decimos como lo que dejamos de decir.

Y también es muy importante tu lenguaje no verbal, tus caras, tus gestos, tus muecas.

Si nos centramos en el lenguaje verbal, lo que le vas a decir, dependerá de si:

  • Lo está haciendo bien pero va perdiendo.
  • Lo está haciendo bien y va ganando.
  • Lo está haciendo mal pero va perdiendo.
  • Lo está haciendo mal pero va ganando.

Ya que según este ganando o perdiendo su ESTADO DE ÁNIMO será diferente. También si él o ella percibe si lo está haciendo bien o mal.

Si el jugador está dando todo su esfuerzo, está implicado y está ejecutando el plan de juego acordado, lo correcto sería:

  • Recordarle lo que está haciendo bien a nivel táctico, el plan de juego, las debilidades del rival, las fortalezas suyas.
  • Recordarle lo que está haciendo bien a nivel técnico, a nivel de posición en la pista, de desplazamientos, de implicación en el partido (sobre todo si es un jugador que todavía está aprendiendo la técnica, le reforzamos lo que ya consigue hacer en competición).
  • Darle palabras de ánimo, para que recupere la confianza o la siga manteniendo alta.

En caso de que le veamos disperso:

  • “Zarandearle” un poco si vemos que está distraído, sin dar su mejor juego, “de picnic”, “de pachanga”: aquí podemos utilizar la vía negativa, “como sigas así vas a perder”, “si estás relajado normal que no te salgan las cosas”, “cómo quieres jugar, en serio o de risa?”, etc. Ver el vídeo de Activación negativa.

En cualquier caso, habrá que enfocarle en los puntos que sí son importantes en ese partido, para que no se centre en aspectos que le distraen, le desconcentran, le generan más ansiedad, como pueden ser:

  • No me está funcionando mi juego, los remates no son efectivos, en la red me está machacando.
  • Voy siempre 1-2 puntos por debajo y no le consigo igualar.
  • Se me van todos los volantes fuera.

Si al acabar tu coaching entre set, sigue pensando en eso y no en otra cosa, tu discurso ha sido inútil.

Enfocarle en aspectos positivos que le ayuden a retomar el control, la confianza en sí mismo, en aquellos aspectos que sí dependen de él, por ejemplo:

  • Cuando le has movido en las diagonales le has pillado desequilibrado y sí has podido lanzar tu ataque.
  • Aunque en la red es bueno, le estás aguantando el juego y no te está haciendo daño.
  • Cuando haces tu rutina ensayada entre rallys estás más centrado, recuerda respirar entre puntos.

No tengo ni idea de que decir

¿Y si no sé qué decirle –soy un entrenador poco experimentado-, o tengo miedo a decirle cosas que no funcionan?

Aquí puedes utilizar la técnica del Coaching puro que es hacer PREGUNTAS ABIERTAS.(aunque esto ya lo hacía Sócrates en Grecia hace 2500 años, por eso se llama también el Método Socrático)

«Que sea el deportista el que te de la información».

Y luego te centras en:

  • AFIRMAR lo que está diciendo
  • RESUMIR lo que te comenta, dejarlo en una frase o una palabra, incidiendo en lo que sí tiene que hacer, más que en lo que tiene que evitar.
  • Hacer un SUMARIO de todas los aspectos relevantes, que están ya resumidos, reafirman lo que le funciona y lo que no, y le devuelven el control del partido aumentando su confianza

En este intervalo tú puedes ir prestando atención mientras mantienes una escucha activa. Durante la misma irás viendo si lo que te dice el jugador encaja con lo que tú estás pensando y has percibido desde fuera. De esta forma puedes combinarlo con lo que te dice el jugador, y reforzar aquellas ideas que te parecen más interesantes y donde tú has visto que él ha acertado, o al menos coincidía con tu punto de vista.

No pasa nada porque tu coaching de la silla no sea el mejor, lo importante es que el jugador salga fortalecido, con mayor autoconfianza, con un plan de juego o directrices concretas que le hagan tener una sensación de control.

Que NO DECIR al jugador

Hay que tener cuidado con lo que les decimos a los jugadores, precisamente para que no tenga un efecto negativo.

 

MAREARLE CON UN MONÓLOGO

Es el típico discurso de entrenador bienintencionado pero erróneo.

Nuestra capacidad atencional como deportista es limitada, y si hay una persona soltándonos un discurso eterno con mil cosas a las que prestar atención,… al final lo que va a pasar es:

  • El jugador se queda con lo primero o lo último.
  • El jugador se queda con lo más interesante que él considera.
  • El jugador pasa de nosotros y piensa en otra cosa.

O, lo más probable es que “le entre por un oído y le salga por el otro”, ya que su estrés, nervios y ansiedad competitiva ya esté por las nubes.

Si ves al jugador tenso, dubitativo y sin saber qué hacer, centra el tiro, dile una o dos claves máximo, y a ser posible que estén alineadas con lo que él también ha percibido durante el partido.

DIALOGOS NEGATIVOS:

Si nuestro jugador es una persona que en general tiene una autoconfianza baja, aunque le veamos distraído y disperso, que no está dando su mejor juego, seguramente no es recomendable recriminarle y retarle a que juegue mejor (activarle negativamente), ya que es posible que no consigamos el efecto deseado (siga con una activación baja) y empeoremos su confianza (“todo lo hago mal”, “soy malo”, …).

MENSAJE SUPERPOSITIVOS “HAPPY FLOWER”

Tampoco conviene caer en el error de darle ánimos e insuflarle positividad si no está respaldada por la realidad, es decir, si la situación es:

  • El rival tiene más recursos y además está jugando mejor que tú
  • Tu jugador está nervioso, indeciso y con dudas sobre su rendimiento
  • Tu jugador está esforzándose intensamente y su nivel de energía está decayendo

Decirle cosas que no son objetivas, no son reales, o NO SE CREE el jugador, es un discurso encaminado al desastre, ya que seguirá con una confianza baja, viendo cómo al adversario le sale las cosas y él pese a sus esfuerzos no consigue remontar.

INSISTIR EN UN PLAN DE JUEGO

Quizás el plan de juego trazado con el jugador está bien definido, es el correcto para dicho rival y en condiciones normales el jugador tiene las habilidades técnicas para ejecutarlo. Pero… hoy, por lo que sea, no le sale, no es capaz de ponerlo en práctica.

En esta situación, insistir en el plan quizás no sea lo más aconsejable. Lo correcto sería REDUCIR el plan lo más posible y centrarlo en aspectos que sí pueda ejecutar hoy con garantías. Eso iniciara de nuevo el camino de la autoconfianza dándole al jugador una sensación de control.

A muchos de mis alumnos les cuesta mucho MANTENERSE en la Zona Óptima de Activación, o bien están eufóricos y puede que todo les salga bien, pero están en el límite (de estar cansados, de pensar y procesar demasiado), y cuando pasan ese límite, las cosas ya no salen, empiezan a ir cuesta abajo, y pasan al otro extremo (la apatía, no querer seguir, desmotivación).

No saben cuando están a punto de pasarse de activación y eso repercute en su rendimiento, ya sea en un entrenamiento o en una competición.

Al terminar el partido

Al acabar el partido, lo ideal es hacer un breve análisis. Lo suyo es que el jugador anote en un papel lo que recuerde del partido:

  • ¿Cómo se inició el 1º set, 2º y 3º? ¿Cómo fueron los descansos a los 11 puntos? ¿Qué momentos importantes o de inflexión hubo en el partido –muchas veces asociados a cambios bruscos en el marcador – ?
  • ¿Qué pensamientos le venían a la cabeza en esos momentos?
  • ¿Qué percepciones y sentimientos tenía?
  • ¿Cómo se encontraba su cuerpo, qué nivel de energía tenía?

Con sus respuestas podrás ir aprendiendo qué aspectos son los más relevantes para dicho jugador, y saber en qué incidir más la próxima vez, por ejemplo:

  • Reforzar su autoconfianza.
  • Recordarle el plan de juego.
  • Ayudarle a bajar la activación.
  • Espabilarte si está disperso.

En el coaching, lo importante es el jugador

Los entrenadores a veces nos olvidados de que en esos breves momentos de habla con el deportista, el centro son ellos, no somos nosotros, no es los buenos entrenadores que somos, ni lo bien que hemos analizado el partido y visto lo que está funcionando y lo que no. El centro es conseguir que el jugador saque su mejor rendimiento en ese momento, y en muchas ocasiones, es más efectivo escucharle y apoyarle en silencio, que soltar un “speech” de experto en la materia.

SECCIÓN DE VÍDEOS

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Javier Franco Morón

Fundador de connectyourbody.com

Licenciado en Ciencias de la Educación Física y del Deporte

Máster en Psicología Deportiva

Máster en Psicología del Coaching

Mentor de Rendimiento Saludable, especialista en Coaching y Psicología Deportiva